Declaración de fe

Basamos nuestras creencias en la Palabra infalible de Dios – la Biblia – que enseña las siguientes verdades:

Hay solamente un Dios 1, que es infinitamente perfecto 2, y que existe eternamente en tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo 3.

Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre 4. Fue concebido por medio del Espíritu Santo, y nació de la virgen María 5. Murió en la cruz, el Justo por el injusto 6, como sacrificio substitutivo 7, y todos los que creen en Él son justificados en la base de su sangre derramado 8. Fue resucitado de entre los muertos, según las Escrituras 9. Ahora está a la diestra de la Majestad altísima como nuestro Sumo Sacerdote 10. Volverá para establecer Su reino, justicia y paz 11.

El Espíritu Santo es una Persona divina 12, y fue enviado para guiar, enseñar, apoderar y vivir adentro de los creyentes 13, para convencer al mundo del pecado, la justicia y el juicio 14.

El Antiguo y el Nuevo Testamento, sin error en su estado original, fueron inspirados verbalmente por Dios, y son una revelación completa de Su voluntad para la salvación de los hombres. Constituyen la regla divina y única de la fe y la práctica cristiana 15.

El hombre fue creado originalmente a imagen y semejanza de Dios 16. Cayó por desobediencia, y así trajo sobre la raza humana la muerte física y espiritual. Todas las personas nacen con una naturaleza pecaminosa 17, están separadas de la vida de Dios, y pueden ser salvadas solamente por medio de la obra expiativa del Señor Jesucristo 18. El lote del que no cree ni se arrepiente es una existencia eterna en tormento consciente 19. El lote del creyente es gozo y felicidad sin fin 20.

La salvación ha sido provista a través de Jesucristo para todas las personas. Los que se arrepienten y creen en Él nacen de nuevo por el Espíritu Santo, reciben el don de la vida eterna y son hechos hijos de Dios 21.

Es la voluntad de Dios que cada creyente sea llenado del Espíritu Santo y completamente santificado 22,

siendo separado del pecado y del mundo, y dedicado completamente a la voluntad de Dios, recibiendo así el poder para lograr una vida santa y servicio eficaz 23. Ésta es una crisis y también una experiencia progresiva, obrada en la vida del creyente después de la conversión 24.

La obra redentora del Señor Jesucristo hace provisión por la sanación del cuerpo mortal 25. Las Escrituras enseñan la oración por los enfermos y la unción con aceite, y son los privilegios de la iglesia en la época presente 26.

La iglesia consiste en todos los que creen en el Señor Jesucristo, son redimidos por Su sangre y han nacido de nuevo por medio del Espíritu Santo. Cristo es la Cabeza del Cuerpo, que es la iglesia 27, y que ha sido comisionado por Cristo para ir por todo el mundo como testigo, predicando el evangelio a todas las naciones 28. La iglesia local es un cuerpo de creyentes en Cristo que están unidos para alabar a Dios, para edificarse por medio de la Palabra de Dios, para orar, para convivir, para proclamar el evangelio, y para observar las ordenanzas del bautismo y la comunión 29.

Habrá una resurrección corporal de los justos y los injustos. Para los justos, será una resurrección a la vida 30; para los injustos, será una resurrección al juicio 31.

La segunda venida del Señor Jesucristo es inminente 32 y será personal, visible, y premilenial 33. Esta es la bendita esperanza del creyente, y es una verdad vital que es un incentivo a la vida santa y el servicio fiel 34.

Notas: 1. Deuteronomio 6:4; 2. Mateo 5:48; 3. Mateo 28:19; 4. Filipenses 2:6-11; 5. Lucas 1:34-38; 6. 1 Pedro 3:18; 7. Hebreos 2:9; 8. Romanos 5:9; 9. Hechos 2:23-24; 10. Hebreos 8:1; 11. Mateo 26:64; 12. Juan 14:15-18; 13. Juan 16:13, Hechos 1:8; 14. Juan 16:7-11; 15. 2 Pedro 1:20,21; 2 Timoteo 3:15,16; 16. Génesis 1:27; 17. Romanos 3:23; 18. 1 Corintios 15:20-23; 19. Apocalipsis 21:8; 20. Apocalipsis 21:1-4; 21. Tito 3:4-7; 22. 1 Tesalonicenses 5:23; 23. Hechos 1:8; 24. Romanos 6:1-14; 25. Mateo 8:16,17; 26. Santiago 5:13-16; 27. Efesios 1:22-23; 28. Mateo 28:19-20; 29. Hechos 2:41-47; 30. 1 Corintios 15:20-23; 31. Juan 5:28,29; 32. Hebreos 10:37; 33. Lucas 21:27; 34. Tito 2:11-14.